Arañas,
animales de diversos tamaños, algunas inofensivas otras no tantos, pero todas con un propósito
dentro de la naturaleza; evitar las plagas en las cosechas o en los diversos ecosistemas
donde habitan. Pero también son fuente de pesadillas y temores para muchas
personas, no sabemos por qué tanta gente le tienen una aversión
particularmente fuerte a estos animales, pero lo cierto es que las arañas son
una de las criaturas que mayor temor, repulsión y fobia generan entre las
personas. En alguna ocasión un estudio llegó a afirmar que la persona promedio
temía más a las arañas que a la muerte, algo que aunque podría ser una
exageración sirve bien para ilustrar el punto.
Mientras
que algunos temen a las arañas en todas sus formas, otros son capaces de
tolerar las más pequeñas de estas criaturas, aterrándose solo ante la presencia
de algunas más grandes. Hay quienes mantienen la calma ante la vista de todas las
variedades excepto de las tarántulas más grandes. En general, y por obvias
razones, entre mayor sea el tamaño del animal más va a ser el temor que genera.
Y es
en esta temática donde presentó la siguiente historia; la J´ba Fofi "La Araña Gigante del
Congo", mítica criatura del continente negro como muchas que son narradas
en las oscuras y poco exploradas selvas africanas. La
J'ba Fofi, es un críptido africano que ha sido principalmente visto en el
Congo. Presumiblemente se trata de una especie desconocida y muy escasa de
arácnido, y su fama ha crecido enormemente en los últimos años.
El
cuerpo de esta araña gigante es de color marrón en su madurez y amarillo
brillante con abdomen púrpura en su juventud. Su morfología es similar a la de
una tarántula, pero puede alcanzar el inaudito tamaño de seis metros de
extensión entre una pata y la otra (del lado opuesto). Aunque hoy en día se
menciona que es realmente difícil toparse con una de estas criaturas en el
pasado fue muy común verlas, han desaparecido no por el avance del hombre con
la agricultura y urbanización en la selva, porque fue en una era diferente encontrarlas
cuando las temperaturas eran altas y el volumen de oxigeno era mayor.
Se
reconocen dos avistamientos importantes de la supuesta araña gigante del Congo:
uno en 1890 y un en 1938. Desde entonces todo lo que tenemos es una serie de
relatos inconexos, leyendas regionales y avistamientos por parte de misioneros
y nativos que suelen ser confusos.
El
primer avistamiento, en 1890, fue realizado por un Gentleman inglés llamado
Arthur Simes, quien se encontraba explorando las costas del Lago Nyasa en la
actual Uganda en ese año. Varios de sus hombres comenzaron a enredarse en unas
redes pegajosas que estaban adheridas al suelo y no pasó mucho tiempo cuando 2
arañas de más de un metro de envergadura salieron de la densa selva y los
picaron. Simes fue capaz de asustarlas usando su arma (aunque según dijo, no
logró herir ninguna), pero sus hombres entraron en un fuerte delirio y murieron
a los pocos minutos sin que él pudiera hacer nada para evitarlo.
El
segundo caso, en 1938, ocurrió cuando una pareja de colonos de Rhodesia,
Reginald y Margurite Lloyd, que se encontraban explorando las regiones del
entonces llamado Congo Belga se encontraron con una criatura extraña en el
camino. Originalmente pensaron que era un felino y detuvieron su vehículo para
dejarla pasar, pero pronto notaron que eso no era ningún felino. Se cuenta que
la araña cruzó demasiado rápido para poder fotografiarla, y la Señora Llyod
quedaría tan impresionada con la experiencia que le exigiría de inmediato a su
marido el volver a su nativa Rhodesia.
Sin embargo ambos avistamientos no han sido comprobados, uno por las fechas en que son datados y segundo es casi imposible que criaturas como estas puedan existir hoy en día. Pero lo más importante es que nosotros tenemos la última, pues se han descubiertos animales que no deberían existir en todo el mundo así que nosotros tenemos la última palabra.
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